SEMINARIO DIOCESANO DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE EN MORELIA PARA DIOCESIS NECESITADAS DE SACERDOTES
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SEMINARIO DIOCESANO DE SANTA MARIA DE GUADALUPE PARA DIOCESIS NECESITADAS DE SACERDOTES

Por: Francisco Martínez Villagómez

“Un seminario instituido con el fin de ayudar en la formación de quienes manifiestan sincero deseo de consagrar su vida al servicio de la Iglesia, como sacerdotes de Cristo, en aquellos lugares necesitados de sacerdotes”


Este seminario fue creado con el fin de ayudar a las diócesis que manifiestan falta de vocaciones al sacerdocio ministerial, primero, pensando en México, y más adelante, comenzó a ayudar fuera de las fronteras, por ejemplo, en República Dominicana y actualmente en Estados Unidos.

El seminario diocesano de santa María de Guadalupe, es una obra misionera de la Arquidiócesis de Morelia, la cual, ha pasado por varias etapas antes de llegar a ser seminario:

1) Circulo vocacional.

Todo empezó con una visita del padre Enrique Cortés Elizarrarás a Tabasco, donde se dio cuenta de la falta de sacerdotes en aquella diócesis y se comprometió con el obispo José del Valle y Navarro a mandarle unos muchachos al seminario para aquella diócesis. Mons. Del Valle se mostró muy contento con eso. De ahí, el P. Enrique comenzó a preparar muchachos para mandarlos al seminario, teniendo como apoyo la “Escuela Superior de Música Sagrada” (Las Rosas). 



2) Escuela vocacional San Pío X.

Después, al ver el P. Enrique la falta de sacerdotes en otras diócesis, pidió al Sr. Arzobispo Don. Estanislao Alcaraz permiso para que el trabajo que hacía, se llamara círculo vocacional San Pío X y Mons. Alcaraz le dio la aprobación y bendición el día 15 de febrero de 1973. Teniendo como instalaciones la casa de Juan Escutia Núm. 232.

3) Seminario menor de Santa María de Guadalupe para diócesis necesitadas de sacerdotes.

Viendo el gran aprecio de los obispos y los frutos que se iban consiguiendo, por recomendación del P. José Maciel Ramos, el cual dijo que, esto debía ser un seminario para que durara por más tiempo. Por lo que, el P. Enrique comenzó a trabajar humanidades (hoy área de preparatoria) en el templo del Carmen en Morelia. Después el sr. Arzobispo dio la aprobación para que se erigiera el seminario el día 15 de enero de 1979, bendiciendo así la primera piedra de la casa actual, que se encuentra ahora en Miguel Arreola 240, Frac. Las Américas Nte., el 10 de enero de 1987.


“Señor, tu nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú.”
(Isaías 26, 12)

“El don espiritual que recibieron los presbíteros en la ordenación no los dispone para una cierta misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal de salvación hasta los extremos de la tierra. Porque cualquier ministerio sacerdotal, participa de la misma amplitud universal de la misión confiada por Cristo a los apóstoles, pues el sacerdocio de Cristo, de cuya plenitud participan verdaderamente los presbíteros se dirige por necesidad a todos los pueblos y a todos los tiempos y no se coacta por límites de sangre, nación o de edad como ya se significa de una manera misteriosa en la figura de Melquisedec. Piensen por ende la solicitud de todas las Iglesias por lo cual, los presbíteros de las diócesis mas ricas en vocaciones han de mostrarse gustosamente dispuestos a ejercer su ministerio con el beneplácito o el ruego del propio ordinario, en las regiones, misiones u obras afectadas por la carencia de clero.” (P. O. 10)

Este y otros documentos, eran la carta de presentación del seminario ante los obispos y fue uno de los motores que movieron al P. Enrique a impulsar esta obra sabiendo que estaba actuando según lo que pedía el Concilio Vaticano II.

La labor del Seminario de Santa María de Guadalupe tuvo tanta aceptación que el P. Enrique supo que Dios llevaba por buen camino esta obra al tener apoyo espiritual y económico de mucha gente y obispos que dejaban hacer colectas en sus diócesis.

La casa del seminario está constituida por un edificio de salones de clase, uno como dormitorio del menor y otro que alberga en la planta baja la cocina y comedor y en la planta alta dormitorio de filosofìa. Ademas de canchas de futbol, basquetbol y voleybol.

La capilla, fue consagrada el día 15 de enero del 2004, en su 25 aniversario de fundación por el Sr. Arz. Dn. Alberto Suarez Inda, teniendo como titular al Señor del Rescate y la Sma. Virgen de Guadalupe. Bajo su altar se guardan Reliquias óseas de San Bernabé de Jesus Mendez Montoya y de San Marecelino Champagnat.


[En sus veintiocho años de vida, dicho seminario ha dado a la Iglesia más de cien sacerdotes distribuidos en varias diócesis del país incluyendo Morelia. Entre ellos el Obispo de Tuxtepec Oaxaca, Antonio Fernández, ordenado obispo por Mons. Octavio Villegas, que fue maestro suyo durante su estancia en el Círculo Vocacional.

El último ordenado fue Santiago Jaramillo Serrato, que recibió el diaconado en Diciembre del año pasado, para la diócesis de Tarahumara en Chihuahua.

El Seminario actualmente cuenta con:
25 alumnos en tres cursos de humanidades.
3 alumnos en el curso introductorio en Erongarícuaro Mich.,
1 alumno en 1ro y 3 en 3ro de filosofía.
1 seminarista en año de servicio como formador auxiliar.
Esto, sin contar a los alumnos que en filosofía o teología, ya se encuentran en las diócesis que eligieron para prestar allí su ayuda.

El equipo formador está integrado por:

P. Eugenio Ponce de León Murillo.
Rector y Ecónomo.

Sr. Cngo. Enrique Cortés Elizarrarás.
Fundador y Rector Emérito.

P. Guillermo Juárez Vega.
Vicerrector.

P. Antonio Abad Valdovinos.
Director Espiritual.

Diác. Norberto Juárez Moncada.
Prefecto de Disciplina.

Diác. Miguel Ángel Gaona Pineda.
Prefecto de Estudios.

Cabe mencionar que cuenta con el apoyo de siete maestros (hombres y mujeres), laicos de buena voluntad para impartir las materias académicas a los alumnos. Además, de dos personas en el mantenimiento de la casa y dos cocineras.] (al año 2007).


“Para mí, lo mas grande fue la vocación (…), Y yo pensaba que si Dios me daba la gracia de ser sacerdote, llegaría al cielo con unas 10 mil almas, y decirle a Nuestro Señor este es mi trabajo, pero me puse a pensar: si en lugar de irme a un pueblo, Dios me da licencia de preparar muchachos para que se vallan al seminario pues colaboro para que no solamente sean 10 mil, sino muchas mas las almas salvadas… Yo nunca pensé en hacer una obra como está ahorita, mucho más organizada, de preparar jóvenes que se vallan dentro y fuera del país a servir como sacerdotes.

Cuando esto comenzó a figurar como seminario que podía decir como el anciano Simeón: ‘Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo morir en paz’, porque para mí, fue el culmen tener seminario y que este siguiera dando vocaciones a diversas diócesis.”

P. Enrique Cortés Elizarrarás.


“Me da mucho gusto, porque desde el fondo de mi alma, Dios había este interés en mi de ayudar en el seminario. Me siento contento, he hecho el esfuerzo y me siento con responsabilidad.
Los veo con interés de que esa semilla siga madurando y espero que el seminarista que Dios haya escogido llegue a ordenarse y les inyecte ese ahínco de lograr su propia formación. P. Antonio Abad Valdovinos.



“Es visto por muchos como obra misionera diocesana y hay sacerdotes muy generosos que nos permiten llegar a sus comunidades para invitarles a la oración y apoyo económico a favor del seminario. Sin embargo, no todo el clero la siente como obra diocesana y como suya, con la finalidad de compartir las vocaciones que Dios nos concede con las diócesis que tienen escasez de sacerdotes y en favor también de nuestros paisanos en Estados Unidos.
Mi esperanza está en Dios que asiste, pues no deja de ser una tarea delicada ir animando a los jóvenes para que puedan hacer una opción libre y responsable. Es una aventura emocionante y vale la pena arriesgar en orden a la gloria de Dios y al bien de los destinatarios del seminario, sean alumnos o comunidades a las que irán a servir.
Mi mayor satisfacción es haber glorificado a Dios y servir. Pero se plasma en ver cuantos sacerdotes están trabajando en diferentes diócesis.”
P. Eugenio Ponce de León Murillo.



“El ver los frutos de la institución se llegan a sentir personales, cuando se ha ayudado, haciendo con entrega y gusto el trabajo, hasta el último día en que se ayude, sobre todo cuando te dicen que lo que habías pedido, ahora les está sirviendo en su vida y lo demuestran con un sentimiento de fraternidad. La Virgen María ha sido la fuerza que me ayuda a cumplir con lo que Dios me pide.
Creo que si no hubiera tenido la dicha de haber conocido esta obra, tendría la mentalidad de no apoyo hacia ella, pero habiendo tenido la experiencia, y conociendo lo que somos en la Iglesia, he llegado a amarla.
Yo veo la mano de Dios, en que ha llevado esta obra mas allá de lo inicialmente era su fin. Y creo que si es obra de Dios, seguirá aún en contra de los hombres.
Mi pensamiento hacia el seminario siempre será de gratitud, porque en el aprendí a vivir mi sacerdocio y aprendí a tener el espíritu de pastor. De gratitud, porque he aprendido más de los mismos compañeros y alumnos, de lo que pude haberle dado. Y porque siempre me ha mostrado su apoyo.
P. Guillermo Juárez Vega.

DIRECCIÓN DEL SEMINARIO  
  CALLE: MIGUEL ARREOLA # 240
FRACCIONAMIENTO LAS AMERICAS NORTE
C.P. 58270

TEL: 01 (443) 315 07 02
 
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